LA NOCHE QUE NADIE OLVIDARÁ. AMARAL EN SEVILLA (14/09/17)

Volver al CAAC de Sevilla siempre me produce una mezcla extraña de nostalgia y felicidad. Gracias a Amaral, en ese lugar he vivido momentos que guardo en mi corazón para siempre. Tras media gira “persiguiéndoles” de ciudad en ciudad, esta vez estoy “en casa”, aunque en realidad, así es como Amaral hacen sentir a sus seguidores siempre, cuando nos abren ese universo paralelo lleno de estrellas y constelaciones. Un refugio en otra dimensión.
Suena la Velvet y ya se palpan los nervios mientras coreamos el “All tomorrow’s parties”. El grupo va saliendo al escenario, arropados por un estallido de gritos y aplausos. Arranca el concierto con Obertura y su luna creciente dando paso a “Unas veces se gana y otras se pierde”. “Revolución” y “Kamikaze” hacen enloquecer al público. Uno de los muchos momentos simpáticos de la noche se produjo cuando se encienden las luces naranjas y mi amiga y yo canturreamos: “Días de verano, Días de verano, Días de verano” y vemos a Eva reír con nuestra emoción. El público responde con el mismo entusiasmo que nosotras; palmas y coros arrolladores acompañan los ritmos tan andaluces de este himno de nuestra adolescencia.
Los momentos de desenfreno vinieron patrocinados por “Lo que nos mantiene unidos”, “500 Vidas” y la nueva y más electrónica versión de “Chatarra”, donde Eva sale a perder la cabeza, a sacarla de fiesta y a volverse loquita de atar. Su elegante vestido vaporoso aporta más vida al espectáculo y oportunidades únicas para conseguir la foto del siglo. Y por supuesto, mi momento favorito de todo concierto de Amaral: “No sé qué hacer con mi vida”. Aviso a los asistentes (amigos la gran mayoría porque esta vez jugamos en casa) que “lo siento, con esta me vuelvo loca” en lo que suenan los potentes riffs de la intro. La locura colectiva se desata cuando Eva entona el “Mírala”, y todos respondemos a gritos “¡¡¡ESTA ES TU NIÑA!!!”. Una bellísima intro con theremin abre “Estrella De Mar”, culminando así la parte dance-psicodélica del concierto; porque los sintetizadores y sonidos electrónicos ya venían casi desde el principio de los tiempos. El “sonido Amaral” en todas sus variantes.  
Se produce un bellísimo contraste cuando entra la parte acústica con “La Niebla” y “Moriría por vos”, aclamada y coreada con entusiasmo por todos los asistentes. Las ovaciones no cesan durante todo el concierto. “La Ciudad Maldita” nos pone los vellos de punta; un capítulo negro de nuestra Historia narrado con una belleza sobrecogedora e interpretado con gran ímpetu y solemnidad. No nos da tiempo a reponernos; justo empieza “Hoy es el principio del final”, otra de las imprescindibles, mezcla de euforia y emoción a flor de piel. Eva abarca el escenario de punta a punta para conectar con todo el público y saltamos como locos, y gritamos, y se nos escapa alguna que otra lagrimilla por la emoción, a pesar de que acabamos de prometer que no íbamos a llorar. Cierran la primera parte del concierto con la épica “Hacia lo salvaje” y su impresionante éxtasis final, que la hace alcanzar lo sublime. Tremendo el punteo final que se marca Juan, sus dedos parecen de plastilina. El cierre es una lucha de titanes a las guitarras y bajo.
El primer encore se abre casi a oscuras; Iluminada solo por un foco desde arriba que le da el aspecto de un ángel, y solo acompañada por los teclados, Eva comienza a cantar la solemne “En el tiempo equivocado”. La excelente entrada de Toni Toledo a la batería hace que el público estalle en aplausos y ovaciones. Es pura magia. Se nos secan las lágrimas con los potentes riffs de guitarra que abren “Llévame muy lejos”, donde Eva acaba por los suelos – se tumba boca abajo y casi se toca los hombros con los talones. Se le escapa una risilla y se pone de pie de un salto sin flexionar las rodillas; flexibility on point. El público se entrega al máximo con una sobrecogedora “Sin ti no soy nada”, cuyos bellísimos arreglos permiten a Eva hacer un magistral despliegue de registros y técnica.

Suenan los primeros acordes de “Nadie nos recordará” y viene el guarda de seguridad cargado de globos plateados en forma de estrella. ¡SORPRESA! Qué difícil ha sido organizarlo todo sin que os dierais cuenta, sobre todo porque casi nos pilláis “con el carrito del helado” mientras inflábamos los globos durante la prueba de sonido. Eva baila con esa luna que crecía al principio del concierto y que ahora va menguando mientras ondeamos los globos para dejarlos volar al final, envueltos en ese universo de estrellas del que no queremos salir. Eso de que “nadie les recordará” nos sonaba un poco a antítesis, pues esta noche será imposible de olvidar para nosotros. 

Publicado por Cristy Sevilla...

La banda de Amaral al completo en el final del concierto. Foto: Cristy Sevilla

Comentarios